martes, 18 de marzo de 2008

335i


Jesús, yo que nunca te pido nada aparte de salud, tranquilidad, trabajo, unión familiar, paz, amor, felicidad…

Voy a empezar de nuevo.

Jesús, yo que nunca te pido nada material, hoy vengo a tu presencia, suponiendo que hay tal, para pedir que de tu misericordioso corazón nazca la desinteresada intención de hacer feliz a este buen samaritano que suele comprar cosas que no necesita para ayudar a quien las vende. A este buen hombre que si bien ha sabido negarte, siempre te tiene presente en la oración de antes de dormir por si las moscas. A este remedo de ser humano que a falta beneficios económicos se ha conformado con lo que tus sabios designios han decidido darle. A este pobre desamparado cuya última instancia eres tú, porque el resto de las instancias no me quieren ayudar.

Jesús, tú que fuiste capaz de tumbar un templo y volverlo a poner de pie, tú que convertiste el agua en vino, tú que multiplicaste los panes y los peces, dígnate de proveer a este, tu siervo, de un medio de transporte que haga menos trágica la aventura diaria de pedir que le lleven de aquí para allá y de allá para acá, un medio de transporte que evite el desplome emocional que generan los autobuses atestados de malos olores, malos tratos y malos conductores, un medio de transporte que enaltezca mi imagen ante el sexo femenino para que el proceso de conquista se limite al pitido doble que activa y desactiva la alarma del automóvil. Jesús, tú que eres bueno, regalame un BMW.

Creo merecerlo, en serio que sí. Pero ya que tú quisiste hacerme un honorable miembro de la clase trabajadora y el dinero que descansa en mi bolsillo solo alcanza para soñar, pienso que sería un detalle coquetísimo que a mi puerta y por arte de esa magia que solo tú conoces, apareciera un BMW serie 3 Sedán (335i que es el que me gusta) para hacer de mis días un suave desplazamiento en automático hacia mi lugar de trabajo. En beneficio tuyo colocare tres veces por semana algunas composiciones de Richard Wagner para que tu mensaje sea difundido por cada rincón de mi auto.

Jesús, tú que eres bueno y a veces te gusta vernos felices, procúrame asientos de cuero y sonido estereofónico, atento con los rines y si no es mucho atrevimiento un quemacocos sería el complemento ideal para aparentar riqueza y buen gusto. No olvides que es V6 y el motor es de 3.0, eso es importantísimo, no te dejes meter gato por libre, hay que ser cuidadoso con los alemanes, ya nos embarcaron en dos guerras mundiales. Lo dejo en tus manos.

Te estaré infinitamente agradecido y desde hoy empezaré a rezar el doble para que mis plegarias lleguen con más fuerza a tus oídos. ¡Ah! No me lo vayas a traer en esta semana santa porque me voy de parranda y no voy a estar en casa.

Gracias.

lunes, 3 de marzo de 2008

¡Es que no nos tienen paciencia!

Se me cae la cara de vergüenza con nuestros hermanos presidentes vecinos de Ecuador y Venezuela. Se me escapan las palabras para demostrar el dolor y la pena que embargan mi corazón en estos momentos, la muerte de un amigo siempre es un suceso indescriptiblemente triste.



El camarada Alias Raúl Reyes falleció en medio de un ataque vil y miserable del ejército colombiano que lo persiguió hasta el Ecuador más allá de los límites de nuestras fronteras, ¡y el pobre estaba no más vacacionando en la paradisiaca jungla del norte ecuatoriano! ¡Cuánta injusticia! ¡Cuánto dolor! ¡Cuánta falta de honor la del ejército colombiano que se atreve a bombardear a semejante personalidad!



Sabrán disculparnos, es que a nosotros nos controlan los principios del capitalismo y el imperio, ¡nos hace falta instrucción! Nos hace falta aprendizaje para parecernos más a ustedes y procurar una sociedad más justa, ¡Qué importa el arroz! ¡Qué importa la leche! ¡Qué importa la libre expresión! Necesitamos ayuda para encaminarnos.



Qué vergüenza con ustedes que nuestra ignorancia y falta de sentido común nos cierren los ojos y nos impidan ver el trasfondo de la lucha de tantos años del camarada Reyes que finaliza tristemente aplastado por las bombas del imperio. Qué vergüenza entender los niños y las mujeres y los miles de colombianos asesinados como terrorismo y no como la lucha revolucionaria por la libertad del pueblo que en realidad es. Qué tristeza que mi Colombia viva negando a sus héroes y marchando en contra de ellos porque estamos inmersos en la ignorancia, no somos más que títeres de Bush.



Disculpe usted presidente Correa, en realidad no fue nuestra intención, creíamos que estábamos de nuestro lado del continente, nos pelamos por par de metros mal contados, si tan solo pudiéramos devolver el tiempo y bombardear algunos caseríos de gente pobre en el putumayo, hubiéramos puesto nuestro granito de arena por la revolución. Pero no, irrumpimos en su país y atacamos a sus invitados, ¡no cabe el perdón ni las disculpas! A mí no me gustaría que entren a mi casa unos vecinos y maten a palazos a algún buen amigo, yo haría lo mismo que usted. ¡Estoy INDIGNADO!



Disculpe usted presidente Chávez, que aunque no entiendo por qué está enojado, si comprendo su tristeza y su dolor, y de todo corazón le digo que lo comparto, ese Reyes era un buen muchacho, un guerrero de décadas, ¡y además estaba soltando a los secuestrados! ¿Qué haremos ahora? Por favor presidente Chávez, interceda de nuevo y dígale a piedad Córdoba que se saque a otros cuatro secuestrados de una de sus fincas, mire que eso haría feliz a muchas familias.



¡Qué cagada ola! Qué pena con esa gente que tanto lo apoya a uno pa´ que vengamos y le matemos a su amigo y además del otro lado de la frontera. Ahora están putos y vienen a montarnos la guerra. Es que nos tienen paciencia. Yo recuerdo que cuando venía para Venezuela en la frontera había un cuento reciente de unos activos de la guardia nacional venezolana que se metieron a Colombia echando bala, eso sí, legítimamente, porque estaban persiguiendo a unos guajiros que traían comida de contrabando. El ejército colombiano los detuvo, pero eso nunca fue motivo de guerra. Y aunque seamos ignorantes, pa´ nosotros los malos son los de las FARC, y así como nos dicen que respetemos la soberanía de los demás países, pues por lo menos no deberían dejar entrar a nuestros “malos” en sus tierras benditas, así nos evitamos líos todos. Visionaria la decisión de Correa y Chávez de enviar tropas a las fronteras, son un par de tipos inteligentes, no son esclavos ni lacayos ni cachorros de nadie.



¡Qué cagada ola! En serio que qué cagada. Ahora se nos viene una guerra, lo más triste es que como es obvio nuestro deshonroso ejército colombiano la va a ganar porque lleva 50 años en guerra mientras que en Venezuela el ejército se dedica a cuidar las filas de Mercal y en Ecuador sirven no más que pa´ cuidar a sus amigos de las FARC. Qué pena con los presidentes que les vamos a dejar los países vueltos mierda. Ojalá y no toque, me devastaría, no podría dormir por el cargo de conciencia.

Bueno pero ya en serio. A la mierda con Chávez y Correa, al primero no se le hizo nada, está es dolido porque se lo mama a tirofijo y al segundo hay que preguntarle es que carajos hacen campamentos de las FARC en Ecuador, que no vengan a joder que ellos no están limpios. Que se entró a Ecuador y se bombardeó, pues sí, que pena, de verdad, que pena que tengamos que entrar a matar a los malandros a los países vecinos que los quieren tanto. La gravedad de bombardear a criminales en otras tierras es la misma que la de darles cabida y ayuda a terroristas, Colombia tiene la culpa de 17 muertos, todos guerrilleros, Chávez y Correa están empezando a tener la culpa de muchos miles de muertos más, todos inocentes.
Ludwig